En todo el mundo, los proveedores de servicios, las comunidades y las empresas de energía están construyendo redes de banda ancha basadas en fibra, creando las bases para un futuro mejor. Estas partes reconocen que las redes de comunicaciones de clase mundial basadas en fibra son la base de la prosperidad económica a largo plazo. De hecho, las decisiones de adoptar y construir estas redes tienen implicaciones de gran alcance que no deben subestimarse. Son decisiones de inversión monumentales que pueden ayudar a determinar el futuro de una comunidad y es posible que solo se tenga una oportunidad para hacerlo correctamente.
Para algunos, el análisis inicial de estas inversiones puede resultar en reservas, con preocupaciones para lograr un retorno de la inversión adecuado. Es una respuesta comprensible, dada la naturaleza de estas inversiones. Sin embargo, lo que se requiere es un análisis integral no solo de los costos necesarios para construir estas redes de clase mundial, sino también de los beneficios totales que estas redes pueden aportar para un proveedor de servicios y una comunidad. Se debe tener en cuenta la totalidad de la instalación (o recableado) de nuevos cables de fibra óptica para el futuro de una comunidad.
Este análisis integral debe contemplar que las redes de banda ancha basadas en fibra están sentando las bases para los próximos 50 años o más. Con demasiada frecuencia, los gastos de capital necesarios para construir la red son el enfoque principal y se presta poca atención a las implicaciones y beneficios que comienzan a acumularse en el "Día 2" una vez que la red ya está operando. De hecho, el "Día 2" y lo que sucede después son componentes críticos de la ecuación que con demasiada frecuencia se pasan por alto y no se tienen en cuenta en la evaluación inicial. Las consideraciones operativas que se deben incluir en el proceso de evaluación incluyen la experiencia del cliente, la flexibilidad de la red, la administración de la red, las demandas del cliente final, el clima extremo, entre otras.